La literatura erótica siempre ha existido, El erotismo y el sexo han estado asociados a la sociedad y la cultura del hombre desde los inicios de los tiempos, y el caso de la literatura no es una excepción, si bien a menudo se ha visto sometida a la censura por considerarse reprobable o pecaminosa. Los autores entonces, publicaban con seudónimos por miedo a ser castigados.

En la literatura la mujer ha pasado de ser musa de inspiración a protagonista en la creación de obras literarias y la literatura erótica, un género que ni siquiera era considerado «digno de lectura por una mujer respetable» no es la excepción.  En cambio, en la producción narrativa femenina el registro de la experiencia erótica ha venido cobrando más y más importancia.

“En literatura pornográfica las mujeres han producido hasta ahora sólo un kitsch insensato. Pero el porno del futuro es femenino” afirmó Cornelia Arnhold, una de las cuatro escritoras alemanas que crearon, a principios de los noventa, el primer cabaret literario del mundo: Nacht der Literat Huren: “Noche de las putas literarias”.

Pero en realidad ya Anne Desclos, había revelado a un periodista a la edad de 86 años, 4o años después de la publicación del clásico erótico La Historia de O (1959), que Pauline Réage era un seudónimo utilizado para escribir fantasías eróticas de su invención mientras se encontraba enferma y postrada en cama para conquistar aún más a su amante Jean Paulhan.

Otra obra clásica erótica escrita por una mujer es Emmanuelle (1959) de Marayat Bibidh, distribuída clandestinamente en Francia sin nombre de autor y posteriormente bajo el seudónimo de Emmanuelle Arsan.

Mujeres también escribieron otras obras que merecen mención en el panorama erótico como Nueve Semanas y Media (1978) de Elizabeth McNeill, El Amante (1984) de Marguerite Duras (Marguerite Donnadieu), Las Edades de Lulú (1989) de Almudena Grandes.

Una de las primeras mujeres en ingresar en el campo de la literatura erótica es la novelista americana, nacida en Francia e hija de padres cubano y española, Anaïs Nin, famosa por su obra Delta de Venus (1940), escrita incicialmente para un coleccionista, pero publican póstumamente en 1978. Allí expose diferentes temas sobre sexualidad, algunos considerados tabú como el abuso, incesto, homosexualidad, prostitución, infidelidad y pedofilia, pero sin perder el foco sobre su trabajo que es el estudio y la descripción de la mujer.

Para el día de San Valentín, Librería Barco de Papel NY, recomienda un grupo de libros contemporáneos de literatura erótica escrita por mujeres y que forman parte de nuestro catálogo digital, los cuales se encuentran en promoción especial para esta ocasión. La lista la conforman las siguientes obras:

Desnuda ante tí (Crossfire)

Primera novela de la trilogía erótica de la autora norteamericana Sylvia Day, con récords impresionantes de venta se ha constituído en el libro estrella del 2012 de la Editorial Penguin.

Day  logra una historia cautivadora, donde los insospechados y repentinos cambios de trama atrapan al lector. Desnuda ante tí logra muy bien el papel de introducir al lector a la trilogía para seguir leyendo las otras partes.

Ambientada en Manhattan, es la historia de una relación apasionada, misteriosa y cargada de celos, entre una californiana rubia (tenía que ser así), un  joven prominente ejecutivo millonario que es su jefe y un grupo de personajes secundarios que interactúan con los protagonistas. Dinero, poder, erotismo, amor desenfrenado, misterio, pasión y celos forman parte de la receta del cóctel amoroso de Day.

La Trilogía de las Cincuenta Sombras

Según la reseña del New York Times Cincuenta Sombras es la novela erótica que ha revolucionado a las mujeres de los Estados Unidos. La trilogía la componen Cincuenta Sombras de Grey, Cincuenta Sombras Oscuras y Cincuenta Sombras Liberadas.

La colección es un fenómeno de ventas, que según la editorial, ha vendido alrededor de 31 millones de copias en todo el mundo. La serie se basa en la historia de sumisión entre dos personajes de fantasía, uno absurdamente rico y guapo y una inocente y sumisa universitaria.

Lo más interesante es que la obra está escrita por una mujer y narrada en primera persona por la protagonista femenina, Anastasia, describiendo una tórrida y sensual relación que incluye escenas explícitamente eróticas, con elementos de prácticas sexuales que involucran sadomasoquismo, dominación, sumisión y disciplina. Todo el entorno toca indiscutiblemente la fantasía de dominación masculina desde el punto de vista de una mujer y claramente dirigido a lectoras del sexo femenino.

De alguna forma se  proyecta un retrato romántico y últimamente erótico del abusador y que según lo revela su éxito, para sorpresa de la misma autora, ha calado en todo el mundo a pesar de críticas feministas.

Fe en disfraz

Esta es otra novela que explota el tema tabú de la dominación, esta vez no en tres largos volúmenes sino en un solo libro de apenas 115 páginas, con la maestría y el manejo narrativo de una de las más imponentes exponentes de las letras actuales de Puerto Rico. En un transfondo de cierto refinamiento intelectual en razón de la ocupación de sus personajes, no tan perfectos o fantasiosos como en el caso de la trilogía anterior, donde en cambio la sensualidad caribeña y las relaciones de dominación y dominado aparecen en un juego mental lleno de contradicciones pero que le da un carácter sicológico mucho más profundo.

La dominada no es una víctima sino una participante activa de la situación, el papel sexual de los protagonistas contrasta con el papel social antagónico, el manejo de la situación sadomasoquista va mucho más allá del concepto de la dominación hasta invocar choques culturales e históricos  políticamente incorrectos, pero matizados de un profundo erotismo, como la relación amo esclava.

La protagonista es de ascendencia africana en papel de poder y el es blanco y subordinado.  La investigación histórica de relatos de abusos carnales de amos a esclavos despierta en ella y en el (aunque no de una forma evidente), intensos deseos de traer al presente esas situaciones como fantasía sexual.  Una novela,  llena de simbología y ritualismo, de temas considerados tabú pero que hacen presente nuestra dolorosa experiencia cultural y como en el caso anterior narrados por una mujer que posee indiscutibles dones culturales e intelectuales para presentarnos un trabajo de excelente factura.

Púrpura profundo

Púrpura profundoOtra autora latinoamericana, esta vez la cubana radicada en Puerto Rico Mayra Montero nos presenta la novela púrpura profundo una novela erótica como su anterior novela la última noche que pasé contigo.

La historia de la vida sexual de su personaje, un crítico musical de un periódico, que luego del retiro decide escribir sus memorias cargadas de sexualidad.

Su protagonista “no distingue entre hombres y mujeres siempre que toquen un instrumento, Aunque prefiere a las mujeres, éstas no le saben a nada si no son unas virtuosas. Clarinetistas, flautistas, pianistas, violinistas… no hace distinción entre la persona y el instrumento» Dijo la autora en una entrevista.

El erotismo en este caso es culturalmente exótico, pues sus personajes presentan la magia del Caribe y la música siempre está vinculada a la pasión sexual. Conquistar el músico significa para su protagonista poseer no sólo su carnalidad, sino adueñarse de una implacable repetitiva melodía.

Forman parte de sus memorias, las apasionadas aventuras con una violinista, poseedora de un extraño fuego caribeño que estuvo a punto de hacer zozobrar su matrimonio; con un pianista que no fue el único hombre en la vida del crítico, pero sí el que lo llevó al borde del enamoramiento ; con la intérprete de trompa que mantiene unas curiosas relaciones con un murciélago; su pasión por la virtuosa de la celesta, que lo llevó al goce más etéreo y su obsesión por una tórrida violinista desató en cambio sus más bajos instintos y lo arrastró hacia los infiernos.

Estas y otras historias llevarán al lector a variantes de las relaciones sexuales desde ménages à trois hasta torturadas relaciones de corte sadomasoquista, pues cada intérprete «toca» en él una cuerda muy distinta.

La rendición, memorias eróticas

La rendición, unas memorias eróticasLa australiana residente en Nueva York, Tony Bentley, es una bailarina de ballet clásico que se atrevió a contar lo increíble, la historia de cómo la sodomía un acto para ella sagrado que la llevó a una liberación de visos espirituales. Y es que elevar el sexo anal a la categoría espiritual, choca con la prohibición y condenación de la Biblia.

El libro ha causado sensación en Estados Unidos y en otros dieciocho países, provocando admiración y escándalo, diálogo y controversia, ya que trata de manera muy directa de un tema que incluso en nuestra era moderna es considerado un tabú, especialmente para una mujer y que choca con la percepción del papel sexual femenino en un país puritano como los Estados Unidos, donde se relega la sodomía a las relaciones entre hombres.

La rendición son, por decirlo así, memorias intímas cargadas de sexualidad y su búsqueda de la satisfacción a través de todo tipo de encuentros hasta que un amante induce a la escritora poco a poco en la exploración de la sexualidad a través de la sumisión a través del sexo anal y allí es donde encuentra el placer que tanto buscaba. “El sexo siempre es y ha sido una paradoja” dice la autora.