In the spirit of a new people that is conscious not only of its proud historical heritage but also of the brutal gringo invasion of our territories, we, the Chicano inhabitants and civilizers of the northern land of Aztlán from whence came our forefathers, reclaiming the land of their birth and consecrating the determination of our people of the sun, declare that the call of our blood is our power, our responsibility, and our inevitable destiny.
We are free and sovereign to determine those tasks which are justly called for by our house, our land, the sweat of our brows, and by our hearts. Aztlán belongs to those who plant the seeds, water the fields, and gather the crops and not to the foreign Europeans. We do not recognize capricious frontiers on the bronze continent.
Brotherhood unites us, and love for our brothers makes us a people whose time has come and who struggles against the foreigner «gabacho» who exploits our riches and destroys our culture. With our heart in our hands and our hands in the soil, we declare the independence of our mestizo nation. We are a bronze people with a bronze culture. Before the world, before all of North America, before all our brothers in the bronze continent we are a nation, we are a union of free pueblos, we are Aztlán.»
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En el espiritu de una Raza que ha reconocido no solo su orgullosa herencia historica, sino tambien la bruta invasion gringa de nuestros territorios, nosotros los Chicanos habitantes y civilizadores de la tierra nortena de AZTLAN, de donde provinieron nuestros abuelos solo para regresar a sus raices y consagrar la determinacion de nuestro pueblo del sol, declaramos que el grito de la sangre es nuestra fuerza, nuestra responsabilidad y nuestro destino.
Somos libres y soberamos para senalar aquellas tareas por las cuales gritan justamente nuestra causa, nuestra tierra, el sudor de nuestra frente y nuestro corazon. Aztlan pertenece a los que siembran la semillas, riegan los campos, y levantan la cosecha, y no al extranjero europeo. No reconocemos fronteras caprichosas en el Continiente de Bronce.
El carnalismo nos une y el amor hacia nuestros hermanos nos hace un pueblo ascendiente que lucha contra el extranjero gabacho, que explota nuestras riquezas y destruye nuestra cultura. Con el corazon en la mano y con las manos en la tierra, declaramos el espiritu independiente de nuestra nacion mestiza. Somos la Raza de Bronce con una cultura de bronce. Ante todo el mundo, ante Norte America, ante todos nuestros hermanos en el Continente de Bronce, somos una nacion, somos una union de pueblos libres, somos AZTLAN.
— Alberto Urista Heredia (Alurista)
Entendemos como poesía chicana la lírica producida por la comunidad de ascendencia mexicana radicada en los Estados Unidos, y como bien señala la autora Cordelia Candelaria en su libro Chicano poetry. A critical introduction, “…la historia de los méxico-americanos inicia oficialmente en 1848, aunque sus tempranos orígenes se extienden mucho más atrás en el tiempo.”
A lo que la autora hace referencia es al año 1821, año del fin de la lucha por la independencia de México y año en el que 400 familias católicas de origen norteamericano, dirigidas por Stephen Austin, se instalan en Texas, luego de firmar un acuerdo con el nuevo gobierno del otrora virreinato español.
Para 1830, la población es ya de 20,000 habitantes, seis años después, se establece la República de Texas, evento que conlleva la derrota del general Antonio López de Santa Anna y su ejercito en la Batalla de San Jacinto, y que culmina con la ratificación del territorio separatista como parte de los Estados Unidos en 1845. Para 1848, luego de la firma del Tratado Guadalupe Hidalgo que da fin a la guerra entre México y el vecino país, 7,000 mexicanos rechazan la oferta de regresar para convertirse en ciudadanos estadounidenses.
Antecedentes directos
La lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos fue básica para el surgimiento de la poesía chicana tal como la conocemos. Si bien es cierta que la aparición de textos literarios en periódicos de habla hispana a mediados del siglo XIX, no es sino a mediados del siglo siguiente que el término chicano aparece como etiqueta, como forma de búsqueda de identidad (según varios autores deformación de la pronunciación norteamericana de ‘mexicano’).
Durante los años ‘60, las luchas sociales alcanzaron a varios sectores de la población de los Estados Unidos; la comunidad méxico-americana no fue la excepción. El llamado Movimiento buscaba igualdad de derechos así como reafirmar su identidad y orgullo. Fue una década decisiva pues no se trataba de un fenómeno aislado, en esos años surgen también el Black Power, the American Indian Movement, movimientos feministas con mayor fuerza, entre otras formas de expresión política.
El Movimiento se manifestó en varias formas:
- La sindicalización de los trabajadores agrícolas de California, Texas y el resto del suroeste por parte de César Chávez, Dolores Huerta y otros.
- La creación de the Crusade for Justice en Denver por el activista Rodolfo ‘Corky’ González.
- La Alianza Federal de Mercedes inspirada por Reies Tijerina y establecida en Nuevo México, y cuyo propósito era el de devolver las tierras a sus dueños originales tal como lo especificaba el Tratado de Guadalupe Hidalgo.
- La formación del partido político La Raza Unida Party por José Ángel Gutiérrez y otros en Texas.
- Las demandas estudiantiles por reformas curriculares y el establecimiento de programas de estudios chicanos.
Todas estas manifestaciones dieron lugar a otras organizaciones y formas de expresión como la creación de los Brown Berets en Los Ángeles, así como El Teatro Campesino de Luis Valdez (Candelaria, 1986), que sirvió como “brazo de propaganda” del Sindicato de Trabajadores del Campo de Huerta y Chávez; académicos del campus de Berkeley de la University of California fundan Quinto Sol Publications e inician con la publicación de El Grito, el primer periódico literario chicano, en 1967. Un par de años después, Quinto Sol saca a la luz la primera antología de literatura chicana llamada El Espejo / the Mirror; en ese mismo 1969, Rodolfo ‘Corky’ González inicia el evento First Annual Chicano Youth Conference, al que asisten 1,500 personas entre estudiantes, profesores y escritores . De esta conferencia, nace el documento El Plan espiritual de Aztlán, del que es principal responsable el escritor Alberto Urista Heredia, mejor conocido como Alurista. El documento, “manifiesto cultural y político”[2], sentó las bases del concepto “Aztlán”, un pueblo con identidad propia, distinta a la anglosajona y con raíces en un pasado indígena. Fue un documento importante que inspiró la creación de muchos grupos políticos y culturales.
Características generales
Es necesario precisar que la literatura chicana encuentra su fuerza en la protesta social y la búsqueda de identidad del Movimiento y que con la desaparición de éste a finales de los ’70, este par de elementos se ven afectados. Tal situación no implica que estas características se hayan desvanecido por completo sino que las formas de expresar el cuestionamiento existencial y la denuncia de la discriminación se han modificado con el paso de los años debido a nuevas influencias y nuevas generaciones de autores.
Para el escritor Juan Bruce-Novoa, uno de los principales teóricos del tema, señala que los primeros años de la poesía chicana se caracterizan por la aparición de los siguientes elementos:
- Lamento, ira y nostalgia.
- Sentimiento de protesta.
- La evocación de la historia y la mitología mexicanas así como de su sabiduría popular.
- Énfasis en la familia, la tierra y la vida de barrio.
- La oposición.
- El pachuco.
Dichas características se presentan en constante unión. Se entrelazan y confunden. La figura del pachuco puede muchas veces ser la metáfora de protesta, de oposición; la diosa azteca Coatlicue aparece de pronto en poemas que tienen la intención de señalar la situación de los inmigrantes; Emiliano Zapata entre los versos de agricultores explotados. Los personajes están ahí para hablar, para hacerles sentirse parte de un mundo al que no ya no pertenecen, para no sentirse extranjeros en una tierra en la que han nacido.
El Movimiento agrícola y la búsqueda de ‘nuestras raíces’ se convierten en metáforas sobre árboles y frutos en este tipo de poesía. Se convierten en los ranchos de los abuelos. En viejos pueblos. Se convierten en Áztlan. La ira, el lamento y la nostalgia se transforman también en un nuevo lenguaje: no se trata ni de Inglés ni de Español, sino de una tercera lengua. Este fenómeno recibe el nombre de interlingüísmo por el autor Bruce-Novoa y es muy común en la gran mayoría de los autores sin importar cual sea el tema del cual se escriba, aún así, esta característica está íntimamente ligada con México a través de su historia, sus mitos y tradiciones.
En cuanto al sentimiento de protesta y la oposición, estos surgen de las carencias económicas, la discriminación y la misma actividad del Movimiento. No eran raras las pugnas con la ley y la sangre derramada y los arrestos encontraron voz en la literatura. En los trabajos adscritos a estas características encontramos títulos como Poem of freedom / Poema de libertad, de Armando Cáseres o stupid america, del recién fallecido Abelardo Delgado. Son textos en donde se enfrentan la historia oral chicana y la historia norteamericana escrita; la cercanía con la naturaleza y la deshumanización tecnológica; la apertura social y la resistencia y hostilidad hacia el extranjero.
Sus autores son activistas sociales, como Delgado, Tino Villanueva y José Montoya, pero también ex presidiarios, gente del barrio, como Jimmy Santiago Baca; y es que la familia, el vecindario, el pachuco y el pinto, es decir el convicto, son una especie de síntesis de las características anteriormente mencionadas: el barrio transformado, la autopista, el desconocimiento del idioma inglés, las tradiciones e historias de los abuelos, el hijo en prisión.
Poetas posteriores al movimiento
Gary Soto, Ana Castillo y Lorna Dee Cervantes son algunos de los nombres que empezaron a surgir luego de la desaparición del Movimiento.
Aunque la poesía chicana empezó a perderse en la frivolidad de los ’80 y la apatía de los ’90, Castillo, Cervantes y Soto han inyectado nuevas formas de expresión a una literatura que no deja de ser rebelde, nostálgica y poseedora de una gran importancia social y cultural. Estas dos décadas posteriores a la lucha por los derechos civiles fueron marcadas —en especial los años ‘80— por la aparición de un gran número de escritoras, abundando en sus textos la figura de la ‘abuelita’, los temas eróticos, la defensa de los derechos de los homosexuales así como la aparición de la crítica a las culturas a ambos lados del Río Bravo.
Finalmente, se puede apreciar cómo es, a grandes rasgos por supuesto, este tipo de literatura que significó un refugio y una voz para aquellos que no los poseían. La poesía chicana aún guarda fuerza así como gran sensibilidad. Ha sido un reflejo de formas de vida, de costumbres, de preocupaciones y de injusticias. He ahí una gran aportación a la sociedad. Culturalmente es un vehículo hacia bellas metáforas empapadas de ira y melancolía, que desnudan el alma de millones de personas que se cuestiona su origen y el contexto que les toca vivir.
Por Raúl H. Pérez, Licenciado en Letras Hispánicas radicado en Yucatán, México. Perez es autor de tres blogs en el Internet: Historias desde la mitad de ningún lugar, Freakcionario y Red Literaria del Sureste
Stupid America
«stupid america, see that
chicano
with a big knife
on his steady hand
he doesn’t want to knife you
he wants to sit on a bench
and carve christfigures
but you won’t let him.
stupid america, hear that
chicano
shouting curses on the street
he is a poet
without paper and pencil
and since he cannot write
he will explode.
stupid america, remember
that chicano
flunking math and english
he is the picasso
of your western states
but he will die
with one thousand
masterpieces
hanging only from his mind.”
Estúpida América
«Estúpida América, mira a ese chicano
el gran cuchillo que tiene entre sus manos
no quiere asesinarte,
quiere sentarse en un banco
y tallar cristos,
pero tú no lo dejas.
Estúpida América, oye a ese chicano
que grita maldiciones en tu calle
es un poeta sin lápiz ni papel
y como no puede escribir estallará.
Estúpida América, recuerda a aquel chicano
que triunfó en matemáticas y en inglés
él es el Picasso de tus estados del oeste
aunque muera con mil obras maestras
colgando sólo en su cerebro.»
Abelardo Delgado