Mario Vargas Llosa regresa a la novela con “El héroe discreto”, su nueva y esperada obra, que supondrá un doble feliz reencuentro con su vida y su literatura y de los lectores con él y su territorio literario.
El héroe discreto es una historia de extorsiones y venganzas en la que aparecen personajes ya conocidos del escritor, como el sargento Lituma (que ha aparecido en novelas como Lituma en los Andes, en La casa verde, entre otros), y que saldrá a la calle el próximo 12 de septiembre en España y América Latina.
La historia de El héroe discreto ocurre en las dos ciudades que marcaron más a Vargas Llosa, Lima y Piura. Según Alfaguara, el sello que edita el libro del premio Nobel, la novela cuenta la historia paralela de dos personajes: el ordenado y entrañable Felícito Yanaqué, un pequeño empresario de Piura, que es extorsionado; y la de Ismael Carrera, un exitoso hombre de negocios, dueño de una aseguradora en Lima, quien urde una sorpresiva venganza contra sus dos hijos holgazanes que quisieron verlo muerto.
Por “El héroe discreto” pasan también viejos conocidos del universo creativo del escritor peruano, como el sargento Lituma y los inconquistables, don Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito, todos ellos moviéndose ahora en un Perú más próspero.
Los dos protagonistas de la nueva novela de Vargas Llosa son, a su modo, discretos rebeldes que intentan hacerse cargo de sus propios destinos, pues tanto Ismael como Felícito le echan un pulso al curso de los acontecimientos.
Mientras Ismael desafía todas las convenciones de su clase, Felícito se aferra a unas pocas máximas para sentar cara al chantaje. No son justicieros, pero están por encima de las mezquindades de su entorno para vivir según sus ideales y deseos.
Pero no es una novela oscura, según su editora, Pilar Reyes. “Aparece el Vargas Llosa más juguetón y relajado”, dijo a El País de España. De acuerdo a la información entregada por el sello Alfaguara, es “un libro lleno de humor, en clave de melodrama, que ocurre en el pujante Perú actual”.
Es, acaso, el tono menos explorado por Vargas Llosa. “Cuando empecé a escribir desconfiaba del humor en la literatura. Tenía la idea equivocada de que una obra seria no podía tener humor”, dice el autor.
En enero, Vargas Llosa comenzó a preparar el ambiente para El héroe discreto. “Mi ambición es que cuando ya no esté, esta novela sobreviva medio siglo, como La ciudad y los perros”, dijo en el Hay Festival de Cartagena, citando el libro que en 1962 lo puso en el mapa del boom.
Con la nueva novela, Vargas Llosa regresa también al lugar donde comenzó su romance con la escritura: “Yo escribía en Piura, recuerdo, y entonces mis abuelos, mis tíos me celebraban eso, que les parecía una gracia. Cuando mi padre descubrió en mí esa inclinación, se asustó. Pensó que era grave”, le dijo a Luis Harss en 1966.
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